La lección de anatomía

La lección de anatomía

lunes, 25 de mayo de 2015

CANDIDOSIS

CANDIDOSIS

La candidosis es una de las infecciones dermatológicas más frecuentes. Está causada por levaduras oportunistas del género Candida, principalmente Candida albicans; afectan la piel, las mucosas, las uñas y, en ocasiones, puede extenderse a otros órganos, provocando una enfermedad sistémica. Se trata de una enfermedad cosmopolita que puede afectar a cualquier raza, sexo y edad. 



Manifestaciones clínicas

El cuadro clínico depende del sitio afectado; en los niños es muy común la candidosis bucal y la inguinoescrotal. Por otra parte, las vaginitis, las proctitis y la balanitis por Candida son comunes tras la administración de antibióticos o inmunosupresores y en los pacientes diabéticos. Las manifestaciones en piel predominan en las regiones de los pliegues tales como los espacios interdigitales de las manos en aquellas personas con hidratación excesiva de la piel, debido a sus actividades cotidianas (cocineras, amas de casa, lavanderas, etc.). Asimismo puede afectar las axilas, ingles, regiones submamarias, perianales, las uñas y las mucosas oral y genital

Se caracteriza por:

  • eritema
  • descamación
  • maceración
  • vesículas y pústulas
  • áreas denudadas
En la periferia de la lesión, puede haber pústulas satélites que contienen el agente causal.

En el caso de la boca, las lesiones pueden caracterizarse por:

  • eritema
  • erosiones
  • placas mucosas blanquecinas (difusas o localizadas en los carrillos, encías, lengua, paladar, labios y queilitis angular).


Cuando se afectan los genitales femeninos, puede observarse:
  • eritema
  • leucorrea espesa grumosa
  • erosiones de la mucosa vulvar, vaginal y del cérvix
  • dispaurenia (dolor genital antes, después o durante el coito), en algunas pacientes
En cuanto a los genitales masculinos, los signos que pueden presentarse son:
  • pápulas eritematosas de 1 mm en la piel del glande
  • pústulas pequeñas
  • maceración
  • placas blanquecinas 
  • erosiones
En ambos sexos puede haber disuria (dolor o ardor al orinar) y polaquiuria (aumento en la frecuencia de la micción).
Con respecto a las uñas, los signos y síntomas más frecuentes son:
  • placa ungueal engrosada (con mayor afectación en el extremo proximal)
  •  leuconiquia (manchas blancas en las uñas)
  • onicólisis (despegamiento de la uña)
  • dolor
  • inflamación periungueal     
Existen formas granulomatosas crónicas que afectan la piel, las mucosas y las uñas con lesiones escamo-costrosas y nodulares; estas variantes pueden estar asociadas a defectos de la inmunidad celular.


Diagnóstico

Más allá de las manifestaciones clínicas, el diagnóstico debe ser confirmado con una serie de pruebas de laboratorio que deben desarrollarse en el siguiente orden:
  1. Estudio micológico directo (KOH 15%) del área afectada con el fin de identificar las pseudohifas y blastosporas características.
  2. Cultivo, para determinar la especie del agente causal.
  3. Antibiograma, para evaluar la resistencia a los antifúngicos.


Eventualmente, se puede practicar una biopsia de piel, medir la glucosa en ayunas, determinar la presencia o no de HIV y realizar un estudio inmunológico humoral y celular, particularmente en los casos diseminados o en las formas crónicas.
Es importante, además, realizar el diagnóstico diferencial:
  • En la boca: con la dermatitis de contacto.
  • En los genitales: en el glande con el herpes simple, dermatitis de contacto y sífilis secundaria; en las vaginitis, además de las tres enfermedades recién mencionadas, descartar vaginitis infecciosas y tricomoniasis. 

Tratamiento

Para la eliminación de los factores predisponentes, se utiliza nistatina (ya sea como grageas, suspensión oral o tabletas vaginales), durante un período que va desde los diez días hasta varias semanas. En las formas cutáneas limitadas, se emplean imidazólicos tópicos.
Para el tratamiento sistémico se administra ketoconazol por vía oral; es importante realizar una revisión periódica de la función hepática. También puede utilizarse itraconazol, por vía oral, durante varias semanas hasta que desaparezcan los síntomas. Y fluconazol, hasta la cura de la enfermedad.
Otros imidazólicos que se están empleando para el tratamiento de las formas sistémicas incluyen voriconazol, ravuconazol y posaconazol. Además se administran caspofunginas y anfotericina B.


 



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