La lección de anatomía

La lección de anatomía

domingo, 30 de junio de 2013

HIPERTENSIÓN ARTERIAL

VASCULOPATÍA HIPERTENSIVA

Las presiones sanguíneas, tanto a nivel sistémico como local, deben mantenerse dentro de un rango estrecho, para evitar consecuencias perjudiciales. La hipotensión (presión baja) producen una perfusión insuficiente de los órganos, pudiendo ocasionar una disfunción o muerte de los tejidos. Por otra parte, la hipertensión (presión alta) puede dañar los vasos y órganos

Una presión diastólica ("mínima") mantenida superior a 89 mmHg o una presión sistólica ("máxima") superior a 139 mmHg, representan un mayor riesgo de ateroesclerosis (http://medstnews.blogspot.com.ar/2012/10/aterosclerosis.html). Es importante destacar que para aquellos pacientes que presentan otros factores de riesgo para contraer una vasculopatía, como por ejemplo la diabetes, los umbrales son más bajos. 
Los mecanismos que producen hipertensión, permanecen desconocidos en la mayoría de los casos; solo puede afirmarse que la hipertensión esencial es un trastorno multifactorial, es decir, incluye factores genéticos y ambientales.

La prevalencia ante las complicaciones de la hipertensión aumentan con la edad. Como se dijo anteriormente, este trastorno es uno de los principales factores de riesgo para la ateroesclerosis, además puede provocar hipertrofia e insuficiencia cardíaca, demencia por múltiples infartos, disección de la aorta e insuficiencia renal. 

Desafortunadamente, es común que la hipertensión permanezca asintomática hasta un momento tardío de su evolución.

Sin un tratamiento adecuado, alrededor de la mitad de los hipertensos fallece por una cardiopatía isquémica o una insuficiencia cardíaca congestiva, y un tercio lo hace a causa de un ictus (accidente cerebrovascular). El descenso preventivo de la presión sanguínea reduce notablemente la incidencia y la mortalidad.
Alrededor del 95% de las hipertensiones son idiopáticas (hipertensión esencial) y no suelen causar problemas a corto plazo. 


Aproximadamente un 5% de los pacientes sufre hipertensión acelerada o maligna, que se caracteriza por una presión sistólica mayor a 200 mmHg y un diastólica superior a 120 mmHg insuficiencia renal, hemorragias y exudados retinianos, con o sin edema de papila. 

La hipertensión no solo acelera la ateroesclerosis, sino que también provoca cambios degenerativos en las paredes de las arterias grandes y medianas, lo cual puede dar lugar a una disección de la aorta y a una hemorragia cerebrovascular. 

El tratamiento se basa en tres puntos principales: 

  1. Dieta (restricción de la ingesta de sal y reducción del peso)
  2. Ejercicio
  3. Fármacos (diuréticos, betabloqueantes, calcio-antagonistas, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina -IECAs-, vasodilatadores
Es importante destacar que hay que evitar el consumo de tabaco, alcohol y de bebidas ricas en cafeína. Asimismo, se debe tener en cuenta que ciertos medicamentos aumentan la resistencia vascular y/o interfieren con los fármacos antihipertensivos, como por ejemplo los antiinflamatorios no esteroideos (aspirina, ibuprofeno, paracetamol), los anticonceptivos, los simpaticomiméticos  y los esteroides.






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