Mycobacterium leprae |
Se trata de una enfermedad causada por Mycobacterium leprae (también conocido como bacilo de Hansen). Pertenece a un género de bacterias que no toman la tinción de Gram, por lo tanto no se las clasifica como Grampositivas ni Gramnegativas. Es un patógeno obligado en humanos; se cree que también tiene como reservorio a los armadillos. Se transmite por contacto directo (a través de lesiones abiertas en la piel o mucosa nasal) o por inhalación de aerosoles.
Afección de la piel |
A nivel mundial, entre 1 y 2 millones de personas viven con discapacidades permanentes como resultado de la enfermedad. Sin embargo, aquellos individuos que completan el tratamiento con antibióticos son considerados libres de infección activa.
Es una enfermedad de mayor ocurrencia en países tropicales. En Argentina la prevalencia es de 1.5 a 1.9 cada 1000 habitantes en el área endémica (Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires); se detectan entre 300 y 400 casos nuevos de lepra por año en nuestro país.
-Manifestaciones clínicas: en la piel aparecen máculas (manchas) con disminución o pérdida de la sensibilidad, del vello y/o de la transpiración. Generalmente se produce un trastorno de la sensibilidad, que va desde una leve hipoestesia (adormecimiento) a una anestesia total. La lepra tuberculoide es más suave y se caracteriza por una o más máculas hipopigmentadas. La lepra lepromatosa se asocia con lesiones en la piel, nódulos simétricos, placas, dermis engrosada y la afectación frecuente de la mucosa nasal, dando como resultado congestión nasal y epistaxis (hemorragia nasal).
Las heridas pueden infectarse ocasionando un daño que al cabo del tiempo producen las discapacidades y deformidades características. Con frecuencia, los pacientes sufren la amputación de las puntas de los dedos de pies y manos, debido al daño de los nervios, consecuentes úlceras y resorción ósea.
Lepra tuberculoide: el crecimiento de los bacilos está controlado por los linfocitos Th1 que activan los macrófagos infectados. Esta forma de presentación no es infectiva. Se producen granulomas e inflamación local con daño de los nervios periféricos. los niveles de globulinas séricas se mantienen dentro de los parámetros normales. La reacción de lepromina da positiva. Se trata con rifampicina y dapsona durante seis meses.
Lepra lepromatosa: en este caso, la infección está ampliamente diseminada y los bacilos crecen de manera descontrolada dentro de los macrófagos. Esta forma es altamente infectiva. En los estadíos avanzados la infección alcanza no sólo tejido nervioso periférico, sino también tejido conjuntivo (como hueso y cartílago). Se produce hipergammaglobulinemia. La reacción a la lepromina da negativa. El tratamiento consiste en rifampicina, dapsona y clofacimina durante un año.
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