El virus varicela zóster es un ADN virus que produce 2 entidades clínicas diferenciadas: varicela y herpes zóster por recurrencia.
Varicela: el período de incubación va desde los 10 hasta los 21 días. Los signos y síntomas principales son malestar, fiebre y aparición de exantema, con mácula, pápula, vesícula y costra. En los niños inmunocompetentes la tasa de mortalidad es baja, al contrario de lo que ocurre en los neonatos, en quienes la tasa de mortalidad alcanza el 30%. Las encefalitis son poco frecuentes (1/1000) y la neumonía es frecuente en adultos (10-20 % de mortalidad). El riesgo aumenta en los pacientes inmunodeficientes.
Zóster: vulgarmente conocida como "culebrilla". Produce un fuerte dolor en la zona de inervación ganglionar y brote de vesículas sobre la piel. La erupción es unilateral y ocurre en el tronco, cabeza y/o cuello. A veces puede afectar al nervio trigémino. Genera una intensa neuralgia. Es grave en inmudeprimidos. En los adultos puede provocar graves lesiones pulmonares.
En ambos casos, el virus provoca una infección para toda la vida y la enfermedad recurrente es fuente de contagio. Se transmite principalmente por gotas respiratorias y por contacto directo.
Riesgos:
Niños (5-9 años): enfermedad clásica moderada.
Adolescentes y adultos: riesgo más grave con posible neumonía.
Inmunodeficientes y recién nacidos: riesgo de neumonía potencialmente mortal,
encefalitis y varicela progresiva diseminada.
Ancianos y adultos inmunodeficientes: riesgo de enfermedad recurrente (herpes zóster).
Existen fármacos antivíricos. Existe también inmunoglobulina contra virus zóster para individuos inmunodeficientes y neonatos. Hay disponible una vacuna viva (cepa Oka) para niños.
Varicela |
Herpes zóster ("culebrilla") |
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